Autor: Roberto López-Herrero
Género: Fantasía
Páginas: 392
Enlace de compra: papel (18,90€), digital (2,84€)
Sinopsis: A finales del siglo XIX, la joven maestra londinense Susanne Connel hereda la mansión de sus tíos desaparecidos años atrás. No tardará en darse cuenta de que algo extraño ocurre. Una puerta a otro mundo le hará aventurarse en un Universo mágico, tecnológicamente distópico, y vivir múltiples aventuras de la mano de Dangerdollia, un hada steampunk con mal carácter, gatillo rápido y mucha afición a beber; y su gato Raffaello que guarda todo un secreto. Allí buscará a su familia, encontrará un mundo libre, sin los corsés de su Londres natal, y deberá enfrentarse a toda clase de peligros para volver a su hogar. ¿O preferirá quedarse en Mundo Pequeño, en los N Mundos?
¡Hola de nuevo! Un mes ajetreado, este octubre que ya se nos despide entre terroríficos cánticos de Halloween. No olvidéis que voy añadiendo los relatos de la preventa de Los ecos de la mente, dos por semana, pero no puedo dejar de contaros qué me parecen las lecturas que van pasando por mis manos. Hoy vamos a hablar de un libro especial: N Mundos - Mundo Pequeño, de Roberto López-Herrero.
Lo primero que vi de esta novela fue su llamativa portada: una sucesión de engranajes azulados que se solapan entre sí, una cubierta fantástica, enrevesada y totalmente simétrica, que si se plegase por la mitad, encajaría a la perfección con su gemelo del otro lado. Una comparación de lo más ajustada, y quien haya leído la novela, sabrá por dónde van los tiros.
Bien, el caso es que la novela me miraba, sugerente, en cada ocasión que interactuaba con Roberto, cada vez que pasaba por mi timeline de Twitter, o en los momentos puntuales en los que el propio Amazon me la sugería. Al final cayó, claro que sí. Tuvo que aguardar su momento (como ocurre con todos los libros que tengo), pero irrumpió con brusquedad una vez que abrí su primera página. No sabía qué esperar de esta novela, más que lo que se dejaba intuir por su sinopsis. Me gusta encarar una nueva lectura así, sin conocer más de la cuenta, y en casos como el que hoy nos ocupa, ese desconocimiento deriva en una grata sorpresa.
Antes de adentrarme en los temas argumentales, quiero destacar algo que no debería ser destacable, y es el hecho de no encontrar una sola errata en toda la novela (seguro que las hay, en todo libro, por muy perfecto que sea, se escapa alguna). ¡Qué maravilla, pasar las páginas y comprobar que no falta ni sobra una coma! Puntuación cuidada, vocabulario bien escogido. Solo con eso, ya tienes la certeza de que nada te va a interrumpir en tu lectura. La sensación de inmersión es mucho mayor.
Susanne Connel es una joven maestra que no parece encajar en su Londres del siglo XIX. Y, como en cada una de las historias fascinantes que leemos, aparece un elemento que vuelca el curso de los acontecimientos. Ese elemento, en este caso, se llama Dangerdollia, una pequeña hada irreverente que, en mi caso, me cautivó desde un primer momento. Junto con Raffaello, ese gato de carácter ácido siempre necesitado de poner la puntilla, conforman el tridente de protagonistas principales de Mundo Pequeño.
No me voy a adentrar mucho en el argumento en sí; lo que necesitáis, lo tenéis en su sinopsis. Lo que sí os voy a decir es que, cuando las primeras cincuenta páginas de la novela quedaron atrás, me invadió el mismo sentimiento abrumador (pero prodigioso) que solo se siente ante una novela que sabes que va a colmar tus expectativas. Me recordó también al momento en el que empiezas un videojuego de mundo abierto (hola, Skyrim) y disfrutas ante la mera ilusión de lo que te aguarda tras cada esquina que dobles.
Más cosas: me ha encantado la forma de afrontar temas complicados de encarar bajo el marco de una novela. El movimiento LGTB tiene su presencia en el libro, y el autor lo presenta con tal normalidad y con semejante tacto que lo hace parecer tan lógico y natural como debería ser en nuestro propio mundo.
Otra piedra de toque, más asentada entre nosotros, es el trato y el amor por los animales. El saber que un animal no es esa mascota a la que das de comer y sacas de paseo, sino que es un amigo con quien ahogar las penas y, en muchos casos (en los que me incluyo con Tyrion), un alma gemela que te acompaña en cada paso que das.
Mundo Pequeño no es un cuento de hadas, aunque tenga hadas. No por contar con una paleta de personajes entrañables hace que la historia lo sea. Hay batallas, hay heridas, hay dolor. Los protagonistas no se van a ir de rositas, lo que otorga un punto de emoción a la historia. Mundo pequeño es un libro que te da lo que necesita cada momento.
Creo que ya me he extendido lo suficiente como para animaros a que escojáis esta novela. Yo tardé en hacerlo, y me arrepiento, así que ya le podéis estar clicando en el enlace de arriba, porque lo merece.
*Segunda imagen: N Mundos ha suscitado interés hasta el punto de contar con sus propios diseños para camisetas y demás en la web de Tres en un Burro.
2 comentarios:
Muchísimas gracias, Fernando. Me dejas abrumado con semejante reseñón. Un abrazo muy fuerte.
Gracias a ti por hacer que esta novela vea la luz. Ya tengo ganas de que llegue Mundo Oscuro. :)
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