sábado, 20 de abril de 2019

Reseña: Encogimiento anal con Blas Ruiz Grau

Ante todo, aclarar que la expresión del título es obra del propio Blas :)

Esta reseña que hoy voy a redactar me tiene un poco confuso. Habitualmente, cuando escribo algo, ya sea propio o hablando de un trabajo ajeno —como es el caso—, sé por dónde van a ir los tiros antes de comenzar a teclear. Sin embargo, esta vez estoy en ascuas, porque quiero hablar de más cosas que de la novela en sí. Quizás al final no lo haga y se quede en una opinión formal sobre No mentirás, o quizás me alargue y termine hablando de la imagen del agujero negro que se publicó hace unos pocos días.

Bien, para quien no lo conozca, Blas Ruiz Grau es un escritor alicantino (paisano) que se está abriendo paso a codazos en la cima del sector literario español. Un tío abierto, dicharachero, a quien le gusta llegar tarde a la presentación de sus libros (ejeemmm) y al que pocas veces vas a ver sin una sonrisa en la cara. Es un escritor que mira por el lector. Con decir que tengo más novelas suyas regaladas que compradas, lo digo todo (esto lo voy a ir solucionando paulatinamente, jajaja). La palabra autodidacta se creó para gente como él, al igual que emprendedor, valiente, demente, etc. Un tío que se lanza a la primera piscina que ve. ¿Que hay que hacer un ensayo sobre procedimientos policiales? Él lo hace. ¿Que hay que escribir una autobiografía/ensayo de ayuda para escritores? Ahí está Blas. Todo esto es lo que te puede ofrecer una persona a la que, aunque sólo he visto una vez en persona, considero una especie de amigo.

Nos dejaremos de sentimentalismos y nos meteremos en harina. He leído dos trabajos de Blas. Hace un par de meses, en el avión, devoré Mamá, quiero ser escritor, que no es otra cosa que la autobiografía/guía de la que hablaba más arriba. Es un ensayo que se divide nada más empezar, toma dos caminos totalmente diferentes, cada uno de los cuales te va a enseñar muchas cosas. Uno como persona, el otro como aspirante a escritor. No voy a ahondar más aquí porque no es su lugar (aquí si quieres leer una opinión más completa), pero solamente te digo que, si te interesa cualquiera de los dos caminos, gástate menos de un euro y léelo. Ya.

Un par de semanas después, el 14 de marzo, salía a la venta su última novela, No mentirás, la razón por la que estoy aporreando el teclado en este momento. Razones por las que reservé esta novela en su primer día de preventa:

1. Después de conseguir varias de sus novelas gratis, ya me iba tocando aflojar la billetera y pagar por algo suyo. Una cosa es aprovechar ofertas, y otra, no ser recíproco y agradecer estos gestos.

2. La novela está ambientada en un pueblo de la provincia de Alicante, su provincia, mi provincia. Razón de peso.

3. El motivo principal. La novela tenía una pinta TREMENDA. Os dejo su sinopsis:




Imagina uno de esos lugares donde nunca pasa nada...

Carlos es un abogado de éxito que debe acudir a un pueblo de Alicante cuando le comunican que su padre, con quien llevaba años sin hablar, se ha suicidado. Pero la tragedia se transforma en sospecha cuando encuentra un mensaje oculto en una torre de ajedrez.

Imagina que esta muerte fuera solo el principio...

Una sencilla investigación de suicidio se convierte en una peligrosa cacería cuando un asesino en serie empieza a cometer atroces homicidios que parecen estar relacionados entre sí. ¿Podría estar la clave en algo terrible que sucedió mucho tiempo atrás, en ese pueblo donde nunca pasaba nada?

No imagines más: tendrás que leerlo.


Tras conquistar los primeros puestos de ventas con sus best sellers digitales, Blas Ruiz llega a las librerías con un thriller diabólicamente adictivo.




Una de las cosas más difíciles después de una sinopsis así, es estar a la altura.

Pues No mentirás lo está.

En palabras del propio escritor en su presentación —bueno, voy a adaptar las palabras porque no recuerdo las suyas, jajaja—, él no es un escritor melodioso, de estos que, al leerle, te quedas embobado con su prosa. Blas es un escritor directo. Es un boxeador que te va atontando y, cuando más tranquilo estás, te golpea, directo a la mandíbula. Tiene la habilidad para terminar cada capítulo en lo más alto, de manera que, aunque sean las tres de la madrugada, te sientes obligado a leer uno más. Eso me pasó con las últimas doscientas páginas, a pesar de que sólo estoy pudiendo leer una media hora al día.

Son 544 páginas, pero es que además Blas hace trampa, porque la letra es un poquito más pequeña que de costumbre (comparado con Reina Roja de Juan Gómez-Jurado). Y ese medio millar de páginas no se hace largo.

Puntos a favor para la documentación y el reparto. La documentación es exquisita. Hay novelas en las que se pasa de puntillas por esto, ya sea por un escritor que no le da importancia, porque la información necesaria no está al alcance de Google o por dejadez. Hay otros trabajos, los que más, en los que se da la información justa y necesaria, sin más. "XXX va a la morgue donde le dieron la noticia de que no se había encontrado nada de relevancia en el cadáver. La hora de la muerte fue YYY y el motivo ZZZ". Eso es lo habitual. Y hay casos en los que el escritor se aventura un poco más. Pues Blas se mete hasta donde están los forenses, codo con codo, y literalmente te transfiere la experiencia que él tuvo en las páginas de No mentirás. Novelas negras hay muchas, escritas de todos los modos posibles, pero en cuanto a documentación, es la mejor que he leído jamás.

Vamos con el reparto. Cogiendo el toro por lo cuernos en su primer caso, tenemos a Nicolás Valdés, el protagonista fetiche de toda la obra de Blas Ruiz Grau. Este inspector, que ya es protagonista en las primeras novelas que escribió, vive su primer caso en Alicante. Los nervios de un puesto recién otorgado, de un primer caso, un pasado cruel que le hace afrontar los asesinatos de manera diferente a como lo haría cualquier otro inspector. En el otro lado de la moneda está Carlos, el abogado de éxito que conocíamos en la sinopsis, que ve cómo su día a día cuadriculado se viene abajo con la muerte de su padre. Todos los personajes, pero en especial estos dos, son profundos, carismáticos, te hacen entrar en sus problemas de tal manera que los sientes tuyos. No son robots, porque cuando tienen un mal día te lo hacen ver, ya que ellos no reaccionan de la misma manera. En fin, que podría tratarse de tu vecino de arriba perfectamente. Blas, en No mentirás, convierte el pueblo en el que nunca pasa nada en el Maine de Stephen King. 

No me voy a alargar mucho más, porque la verdad es que no me gustan las reseñas que se exceden. Pienso que una reseña sólo debe ser el preámbulo para que alguien decida que quiere leer un libro. Y créeme, quieres leer este libro. Simplemente me voy a limitar a poneros aquí abajo el booktráiler de la novela y a dar las gracias a Blas por dejarme disfrutar durante un mes con sus líneas.



No hay comentarios: