miércoles, 21 de marzo de 2012

Cómo crear una obra de arte

Primer paso: llamarte George R. R. Martin.

¿No lo conocéis? Pues George es el autor de la saga Canción de Hielo y Fuego que se está popularizando ahora por su adaptación a serie televisiva. Pero no nos adelantemos, paso a paso.

Song of Ice and Fire es una saga de novelas de fantasía medieval formada por siete volúmenes (dos todavía sin publicar) que nos dará aproximadamente unas seis mil páginas de guerras, conspiraciones, alianzas, traiciones y elaborados ardides que nos harán removernos en la silla.

Un vastísimo elenco de personajes creados por el autor, cada uno diferente, cada uno tan profundo que casi crees conocerlo realmente.

La trama parte de la relación entre dos grandes familias, Stark y Lannister, cuyos señores tienen una insondable amistad, no tanto así el resto de su linaje. Los roces entre las familias se suceden y se va fraguando una disputa que pronto traspasará lo dialéctico, añadiéndose nuevos participantes al Juego de Tronos que da nombre a la primera entrega de la saga.

No quiero ahondar más en la trama, pues es mejor que cada quién lo descubra por sí mismo, pero sí voy a hablar sobre los personajes. Los hay de todas clases y géneros. Honrados como Eddard Stark y su familia, refinados a la par que crueles como Cersei Lannister. Astutos y sagaces como su hermano Tyrion Lannister, quien es a todas luces el alma de la saga. Personajes que comienzan siendo tiernos e ingenuos como Daenerys Targaryen, pero que con el paso del tiempo y a base de golpes se acaban endureciendo hasta hacerse de piedra. Personajes que comienzan siendo niños y acaban convirtiéndose en hombres de un día para otro, como Robb Stark o Jon Nieve.

La historia se vive desde la perspectiva de muchos de estos personajes, perteneciendo cada capítulo a uno diferente al anterior. De esta forma se pueden ver los mismos hechos enfocados desde dos (o más) perspectivas diferentes, y se puede apreciar que hasta el más bondadoso de los personajes tiene un lado oscuro que le embauca, mientras que algunos de los seres más villanos tienen su faceta honorable.

Dando mi opinión personal, siempre he sido alguien a quien no le han apasionado las novelas fantásticas. Siempre he preferido algo que pueda ser real, algo que, aunque no haya pasado, pueda pasar. Pero esta saga introduce la fantasía poco a poco en un mundo medieval ficticio, pero que parece real.

El gran éxito de Canción de Hielo y Fuego hizo que Martin recibiera ofertas para trasladar la historia al cine, cosa que acabó rechazando por la imposibilidad de plasmar las ochocientas páginas que de media abarca cada tomo de su historia en apenas dos horas de película. Sí accedió a dar vida a sus personajes en una serie de televisión, llamada como la primera de las entregas, Game of Thrones. Aunque está estructuralmente bien tramada, gracias en parte a la supervisión del propio Martin, es mi deber decir que la serie, de la que se puede disfrutar igualmente, no hace honor a las novelas, como habitualmente suele pasar en este tipo de experiencias. Diez horas de serie, una por cada uno de los diez capítulos emitidos, han sido insuficientes para plasmar las ochocientas páginas en las que se desarrolla Juego de Tronos en su versión española. Todas las explicaciones de Martin sobre las guerras pasadas, cómo Robert Baratheon accedió al trono, las antiguas historias sobre los Targaryen, los cimientos de la familia Stark... Todo eso, contado desde uno y otro punto de vista, te hace conocerlo como si hubiera sido real, y es lo que hace a las novelas ser especiales frente a cualquier otra obra, y frente a cualquier película o serie.

George R.R. Martin tiene en sus manos el destino de estos personajes, y la ilusión de millones de personas reales. Nadie sabe cuál será el desenlace de esta historia, porque no es como una historia normal, en la que los buenos ganan y los malos pierden. George no tiene piedad con nadie, y es sorprendente la facilidad con la que mueren personajes principales en los que en algún momento de la trama son el eje en torno al cual gira la misma. Se han publicado cinco de las siete entregas (cuatro en castellano), y el público reclama a Martin que no alargue su agonía pues están (estamos) deseosos de que termine, pero están (estamos) pesarosos por la certeza de que algún día terminará.