
La descubrí de casualidad, me topé con el nombre del autor en la red a causa de una anécdota que protagonizó -más adelante hablaré de ella-, y poco después vi la novela en un centro comercial, leí su contraportada y dije: "mío". A modo de introducción, la trama nos sitúa en la España del siglo XVI, la época de la Armada Invencible, y nos coloca en Sevilla concretamente, para narrar las aventuras de un chaval que tiene que hacer de todo para ir escalando posiciones, ganándose enemigos por donde pasa. Es una novela donde la venganza, el amor y la acción son sus tres pilares básicos. No entraré en más detalles porque, al menos a mí, me gusta comenzar una historia sabiendo por dónde van los tiros, pero sin conocer a fondo su argumento.
Puedo jactarme de tener anotado cada libro que leo, apuntando el número de páginas, mi puntuación personal y un titular con el que describir la novela en cuestión, y he de decir que 'La leyenda del ladrón' ostenta un puesto muy elevado en mi ranking particular, codeándose con la saga de Canción de hielo y fuego o con lo mejor de Ken Follett, con quien el autor que hoy nos ocupa es constantemente comparado. Y no es para menos, porque Juan Gómez-Jurado se ha plantado, con tan sólo cuatro novelas a sus espaldas, en la cúspide de la narrativa española.

La leyenda del ladrón es la primera novela que leo de este hombre que, primero me conquistó moralmente, y después, con su narrativa. Así pues, puedo congratularme de saber a ciencia cierta que nos depara un futuro más que prometedor de la mano de Juan Gómez-Jurado, quien a su manera se nos ha presentado como el álter ego de Sancho de Écija, protagonista de su novela, cinco siglos más tarde.